El Pósito de Loja conserva intactas las trojes originales (compartimentos o espacios rectangulares donde se almacenaban diferentes tipos de grano), siendo un ejemplo excepcional de la función social que cumplían estos edificios desde el siglo XV. Los pósitos actuaban como bancos públicos de cereales que prestaban grano a los agricultores en épocas de escasez y lo recuperaban tras las cosechas, evitando las hambrunas y especulaciones con el precio del trigo.
Construido en el siglo XVI por mandato del emperador Carlos I, fue trazado por el maestro Juan Maedo y edificado por el maestro cantero Domingo Hernández. Este edificio de estilo renacentista se levantó con ladrillo y piedra procedente de la demolición de la muralla medieval, aprovechando materiales de la antigua alcazaba. Su estructura de dos plantas con patio interior lo convierte en uno de los edificios más destacados de la Plaza Joaquín Costa. La fachada principal cuenta con una galería de cuatro arcos de medio punto en la planta baja, y en la superior luce tres escudos de piedra: el central con las armas reales de Felipe II y los laterales con el escudo de Loja, donde aparece la alcazaba sobre el puente del Genil.
Durante siglos funcionó como silo municipal donde se guardaban las reservas de trigo, cebada y otros cereales fundamentales para el abastecimiento de la ciudad. Su ubicación estratégica en la ‘plaza de Abajo’ no era casual: permitía el control directo del grano que llegaba desde las tierras de cultivo del entorno lojeño.
Actualmente es el Centro de Iniciativas Culturales El Pósito, sede de los servicios centrales del Área de Cultura municipal. El edificio ha sido rehabilitado respetando su arquitectura original y las trojes históricas, convirtiéndose en el pulmón cultural de la comarca con una programación permanente de exposiciones, conciertos, teatro, conferencias, proyecciones cinematográficas y talleres.
Acceso gratuito. Horario de apertura según programación de actividades.
