
La Cueva de Malalmuerzo, situada en los Montes Orientales de Moclín, es un tesoro arqueológico con una secuencia de ocupación de 30.000 años, lo que la convierte en el refugio humano más importante de la comarca. El análisis genético de restos humanos de hace 23.000 años hallados en la cueva la sitúan en el mapa internacional como un punto crucial del Paleolítico Superior.
La cavidad, que no requiere rapel ni progresión vertical compleja, alberga varias salas con formaciones geológicas y fue un contenedor de arte rupestre paleolítico, destacando la presencia de figuras de équidos, un bóvido (un uro o toro salvaje) y una singular lámpara de piedra descubierta en su interior. La técnica empleada para las pinturas incluye la aplicación directa de pigmentos con los dedos y el uso de carboncillo. El yacimiento es multi-cronológico: aunque fue un ‘santuario neolítico’ y un gran panteón funerario en el Neolítico, también conservó restos de cerámica y una jarra de los siglos XIII al XV, confirmando su uso como morada por pobladores en época nazarí.
La cueva debe su curioso nombre, que significa ‘mal almuerzo’, a una leyenda de la Reconquista. Se cuenta que en 1424, tropas castellanas al mando de Don Pedro se detuvieron a almorzar cerca de la fuente antes de atacar a los moros de Moclín y fueron sorprendidas, dando origen al topónimo ‘Fuente del Mal Almuerzo y Campo de la Matanza’.
Actualmente en fase de estudio y protección, el acceso general está restringido para evitar expolios.
Las visitas guiadas deben consultarse a través del Ayuntamiento de Moclín o entidades especializadas.
Ubicación: Se localiza al este del Peñón de Malalmuerzo, cerca del nacimiento conocido como Fuente del Malalmuerzo. Se accede por la carretera que va de Moclín a Puerto Lope.
Más información en la web del Ayuntamiento de Moclín.
Foto del Ayuntamiento de Moclín