
El Mausoleo del General Narváez alberga los restos mortales de Ramón María Narváez y Campos, primer Duque de Valencia (Loja, 1799 – Madrid, 1868), una de las figuras políticas más influyentes de la España del siglo XIX. Militar de valor legendario —apodado ‘El Espadón de Loja’— y presidente del Consejo de Ministros en varias ocasiones durante el reinado de Isabel II, Narváez lideró el Partido Moderado y gobernó con mano firme en momentos cruciales para el país.
Su fallecimiento en 1868 precipitó el resquebrajamiento del partido y el cambio de rumbo político en España. La capilla-panteón fue construida entre 1875 y 1883 junto al antiguo Convento de la Santa Cruz (posteriormente Asilo de San Ramón), en el barrio del Mesón del Arroyo. El proyecto arquitectónico corrió a cargo de José María Aguilar, mientras que la magnífica escultura yacente del general fue esculpida en mármol de Carrara por el artista valenciano Antonio Moltó.
La obra representa a Narváez con uniforme de gala en una composición arquitectónica clásica decorada con su escudo de armas, la esfinge de la Diosa de la Victoria y motivos vegetales. Además del general, el mausoleo acoge las tumbas de sus padres, los Condes de la Cañada Alta, y dos lápidas conmemorativas: una dedicada a su hijo legítimo Rodrigo, fallecido a los dos meses de nacer, y otra a su hija natural Consuelo, muerta a los 17 años.
En el lateral derecho del conjunto se conservan las estatuas orantes de don Pedro de Tapia y doña Clara del Rosal Alarcón, fundadores del desaparecido Convento de Santa Cruz. El espacio se completa con una zona expositiva que presenta enseres de época y un audiovisual narrado por su fiel acompañante Bodega, que invita a un viaje en el tiempo para conocer los aspectos más íntimos de la vida del general lojeño.
Visita guiada (previa reserva) – Consultar en el Área de Turismo del Ayuntamiento de Loja. El espacio forma parte de una ruta cultural sobre personajes históricos de Loja.