
La Fuente Santa de Loja, también conocida como Fuente de Alcántara, es un monumental manantial de aguas mineromedicinales cuya fama se remonta a época romana. Tanto romanos como árabes conocieron las cualidades curativas de estas aguas cristalinas, que durante la dominación musulmana atrajeron peregrinos desde África en busca de remedio para afecciones cutáneas como la sarna o la lepra.
Tras la conquista castellana, su celebridad llevó al Cabildo a construir en 1576 una monumental fuente de estilo manierista diseñada por el maestro cantero Domingo Hernández. El conjunto presenta un gran estanque rectangular central donde surge el agua de manera natural, flanqueado por dos baños laterales —uno para hombres y otro para mujeres— añadidos en el siglo XVII. Un imponente frontón estructurado en tres alturas corona la cabecera, decorado con medallones labrados, cartelas conmemorativas y el escudo de armas de Felipe II.
En el último tercio del siglo XVI se comenzó a envasar el agua en cántaras lacradas con sello de autenticidad, convirtiéndose en una de las primeras aguas embotelladas con denominación de origen de España. Su prestigio alcanzó la Corte: Felipe IV mandó llevar cántaras selladas hasta Madrid.
Tras un declive en el siglo XVII, el arquitecto Francisco Quintillán realizó una gran reestructuración en 1788 que le devolvió su difusión nacional. Cercano al conjunto se localizó un yacimiento con ocupación desde la Edad del Bronce hasta época andalusí, posiblemente una villa romana con necrópolis. Actualmente figura en la Lista Roja del Patrimonio en peligro, aunque el Ayuntamiento ha recuperado recientemente su propiedad e iniciado su rehabilitación.
Acceso libre y gratuito. El conjunto se encuentra vallado porque está en proceso de rehabilitación.