
La Torre de los Guzmanes es una torre óptica, asociada al sistema defensivo del castillo de Montefrío, de época nazarí. Esta atalaya, también conocida como ‘Torre de los Molinos’, constituye un elemento fundamental del complejo sistema de vigilancia que protegió la frontera noroccidental del Reino de Granada durante los últimos siglos del dominio musulmán en la Península Ibérica.
Con el mismo diseño de las anteriores, de planta circular y maciza, conserva más de cinco metros de altura aunque está deteriorada por la base ya que en un invierno frío posiblemente algunos cabreros de la zona construyeron en la atalaya un refugio para resguardarse del mal tiempo.
La torre presenta las características constructivas típicas de las atalayas nazaríes: estructura troncocónica construida en mampostería con piedras de tamaño considerable unidas con argamasa de cal, sin espacios habitables en su interior al ser completamente maciza. Esta solidez estructural, cimentada directamente sobre la roca madre, ha permitido su supervivencia durante más de seis siglos a pesar de las inclemencias del tiempo y las intervenciones humanas.
La ubicación estratégica de la Torre de los Guzmanes fue cuidadosamente seleccionada para maximizar su efectividad dentro del sistema defensivo. Desde este punto, los vigilantes controlaban la sierra de Parapanda y especialmente el Arroyo de los Molinos y el Cerro del Cerrajón. Esta red de torres permitía la transmisión rápida de señales visuales mediante humo durante el día y fuegos durante la noche, creando un sistema de alerta temprana que comunicaba directamente con el castillo de Montefrío y, a través de sucesivas atalayas, con la capital del reino en Granada.
Se sitúa en una elevación cerca de la carretera que comunica con la pedanía de Tocón. Se recomienda precaución por el estado que presenta la torre.