
La muralla urbana de Alhama de Granada formaba parte del amplio recinto amurallado que protegía la antigua ciudad medieval, tal como aparece representado en grabados del siglo XVI. Esta fortificación defensiva rodeaba completamente el núcleo urbano con altos muros jalonados de torres, aprovechando hábilmente la protección natural que ofrecían los tajos del río Alhama en dos de sus flancos, convirtiendo la ciudad en un enclave casi inexpugnable.
El sistema defensivo disponía de al menos dos puertas principales: la Puerta de Granada y la Puerta de Málaga, además de un portillo conocido como ‘el de la Mina’, por el que se descendía al río. La muralla contaba con al menos seis torres para su defensa y lo que podría haber sido una barbacana, todo construido en tapial sobre sólidas bases de mampostería.
Es muy probable que permanezcan ocultos bastantes más vestigios de esta muralla, embutidos en construcciones actuales o tapados por obras posteriores, testimonio silencioso de la importancia defensiva que tuvo Alhama en la última frontera del Reino de Granada.
Los restos de la muralla urbana se encuentran integrados en el núcleo antiguo de Alhama de Granada, siendo visibles principalmente en la zona sureste, este y noreste, sobre los cortados del río Alhama. Se accede a pie recorriendo las calles del casco histórico, donde algunos tramos pueden identificarse en puntos específicos, aunque muchos restos permanecen embutidos en construcciones actuales o confundidos con muros de contención posteriores.