
LA VILLA DEL AGRADECIMIENTO ETERNO
Santa Cruz del Comercio es un pequeño municipio de poco más de 500 habitantes que atesora una historia de renacimiento única en Andalucía. Situado en la parte centro-norte de la comarca de Alhama, este territorio convirtió la tragedia en oportunidad y la solidaridad en identidad. De hecho, la singularidad de Santa Cruz comienza por su propio nombre. La localidad se denominó ‘Santa Cruz de Alhama’ hasta 1884, año en el que cambió el apellido por ‘del Comercio’ en agradecimiento al gremio de los comerciantes de Madrid que financiaron parte de su reconstrucción tras el fatídico terremoto. El pueblo conserva en su trazado urbano el recuerdo de aquella solidaridad, con calles nombres como Prensa de Madrid o en honor a Carlos Prast, presidente de la Cámara de Comercio de Madrid.
El patrimonio histórico destaca por la Torre de Buenavista, ruinas de una atalaya medieval de planta hexagonal construida en la última etapa musulmana para la defensa del territorio del Reino Nazarí de Granada y la Iglesia Parroquial de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
El municipio comprende dos núcleos de población: Santa Cruz y Valenzuela, también llamado Seco de Lucena. Entre ambos, el río Alhama traza un corredor verde con huertas tradicionales y antiguos molinos. Los parajes naturales de Peña Gorda, Los Llanos o el barranco de Matajacas, así como la franja que ocupa el lecho del río, ofrecen múltiples posibilidades para el turismo activo. En estos espacios se puede practicar el senderismo y en el Cortijo del Aire hay acondicionada una zona de acampada que permite pernoctar en plena naturaleza. La proximidad al Embalse de los Bermejales añade también valor al entorno natural y su posición estratégica facilita el acceso tanto a Granada como a las sierras malagueñas.
Las tradiciones mantienen viva la memoria colectiva. En mayo celebran las fiestas en honor a Jesús de Nazaret, colocando por todo el pueblo las típicas Cruces, conmemorando también el mes en que comenzó la reconstrucción tras el terremoto.La gastronomía se fundamenta en la matanza tradicional del cerdo. Se realizan adobos y conservas en aceite de costillas, lomos y chacinas, mientras que su cocina se nutre de pucheros, ollas y migas .