Moraleda de Zafayona

ARQUEOLOGÍA, MIEL Y TRADICIÓN

Hay lugares que guardan secretos milenarios bajo capas de cal y tiempo. Moraleda de Zafayona es uno de ellos, con su yacimiento del Cerro de la Mora como testigo de una ocupación ininterrumpida durante 18 siglos. A sólo 36 kilómetros de Granada, este municipio es un libro abierto de historia. Su nombre evoca la abundancia de moreras para la industria de la seda, mientras que Zafayona vendría del árabe Fa al-ayun, ‘fuentes’. No es casualidad: el agua define este territorio, desde El Caño con sus tres chorros junto al antiguo lavadero, símbolo y testigo de la historia del pueblo, hasta el río Cacín que riega sus tierras.

El Cerro de la Mora, situado a unos cuatro kilómetros del municipio, junto a la margen izquierda del río Genil, es mucho más que un yacimiento arqueológico. Este montículo artificial formado por siglos de ocupación humana ha revelado desde cerámicas del Bronce Final hasta estructuras romanas, pasando por un importante asentamiento ibérico. Los arqueólogos han documentado aquí una secuencia cultural única en Andalucía, con hallazgos que incluyen hornos metalúrgicos, silos de almacenamiento y una necrópolis visigoda que evidencia la continuidad del lugar como espacio sagrado.

 

El patrimonio incluye la Iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, con su esbelta torre construída hace cien años bajo el mecenazgo de Doña María de Coca  y el puente sobre el río Cacín de 1933, que abrió el pueblo al comercio con la costa. Pero es el barrio de las cuevas el que mejor cuenta la historia social: en el siglo XIX la mayoría vivía en cuevas en la colina del Pico Grajo, algunas hoy restauradas para turismo rural. Un paseo por calles empinadas y fachadas encaladas que atrae por su belleza. Y el Centro Apícola en el Área Recreativa Los Pinos ofrece una experiencia única: vestirse de apicultor y descubrir el mundo de las abejas, conectando con una relación milenaria entre humanos y polinizadores. Las instalaciones incluyen colmenas de observación, talleres de cera y catas de diferentes mieles locales.

La gastronomía mantiene vivas las tradiciones con embutidos caseros, pucheros antiguos, choto al ajillo y el sorprendente ajo blanco con morcilla. Los dulces como roscos de piñonates y pestiños completan la carta. Destaca especialmente el aceite de oliva de la variedad lucio, autóctona del Poniente de Granada. El calendario festivo marca el ritmo del pueblo: La Candelaria del 2 de febrero con sus hogueras y ‘manchos’ de esparto, la Semana Santa con la procesión de la Virgen de las Angustias, San Marcos con la tradición del panecillo con huevo cocido y la antigua Feria del Ganado de octubre convertida en romería de carrozas.

Lugares de interés en el municipio

Lugares de interés turístico