
ENTRE DÓLMENES Y MIRADORES
Cuando en 2015 la revista National Geographic eligió a Montefrío como uno de los diez pueblos con las mejores vistas del mundo, solo confirmó lo que los viajeros románticos del XIX ya sabían y lo que los japoneses descubrieron en los años ochenta, bautizándolo como ‘la bella desconocida». Aquí, donde las casas blancas trepan imposibles por un peñón coronado por la fortaleza árabe y la Iglesia de la Villa, cada mirador cuenta una historia diferente del mismo milagro arquitectónico.
La villa fue el bastión más occidental del Reino Nazarí, diseñada por el mismo arquitecto que construyó la Alcazaba de la Alhambra, y su posición estratégica controlaba el paso hacia Granada desde tres reinos cristianos. Cuando cayó en 1486 ante los Reyes Católicos, estos mandaron construir sobre la antigua mezquita la Iglesia de la Villa, obra de Diego de Siloé en estilo gótico-renacentista. Hoy alberga el Centro de Interpretación de la Última Frontera de Al-Ándalus, donde se narra la épica defensa de un mundo que estaba a punto de desaparecer.
Pero si hay un edificio que desconcierta y maravilla a partes iguales es la Iglesia de la Encarnación, conocida como ‘La Redonda’. Esta réplica del Panteón de Roma, con su perfecta planta circular y su cúpula de 30 metros de diámetro, surge inesperada en pleno corazón de Andalucía. Construida entre 1786 y 1802 como obra cumbre de la Ilustración española, su acústica es tan perfecta que un susurro en un extremo se escucha en el opuesto. Curiosamente, desde que un rayo cayó en 1776 hiriendo solo a un perro que perdió el rabo pero sobrevivió –considerado milagro–, los perros son bienvenidos en las iglesias de Montefrío.
Bajo la protección de la Sierra de Parapanda, cuyo Pico del Morrón alcanza los 1.608 metros con vistas desde Sierra Nevada hasta las Subbéticas cordobesas, la naturaleza también ha sido generosa con Montefrío. En las laderas de la sierra, quejigos y encinas centenarias custodian el sendero del Arroyo de los Molinos, salpicado de antiguos molinos harineros del siglo XV. El paisaje, dominado por olivares con ejemplares de más de 500 años, se transforma cada primavera cuando los almendros tiñen de blanco y rosa las colinas, creando un espectáculo natural que compite en belleza con los monumentos de piedra.
A cuatro kilómetros del pueblo, las Peñas de los Gitanos guardan uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de Andalucía. Con más de cien dólmenes neolíticos, el Poblado de Los Castillejos habitado desde el 5300 a.C., y una necrópolis visigoda, este paraje kárstico demuestra que Montefrío ha sido un lugar elegido por los humanos durante más de siete mil años.
La gastronomía montefrieña mezcla herencias árabes con la cocina del campo andaluz. Los sesos al mojeteo, el remojón de San Marcos, el choto con ajos y las tortillas de collejas son platos que han sobrevivido a conquistas y reconquistas. Pero es el queso artesanal de Montefrío, premiado en los certámenes internacionales más prestigiosos, el que mejor representa el carácter de esta tierra: tradicional en su elaboración, excepcional en su resultado. La DOP Poniente de Granada ampara también sus aceites de oliva, cuyas etiquetas lucen orgullosas la silueta inconfundible del pueblo.
Lugares de interés en el municipio
Alojamiento
- Casa Rural El Bujeo
- Casa Rural La Choza de Mindo
- Casa Rural Tres Deseos
- Cortijo El Canjilón
- La Casa de 1950
- La Villa de Alba
- Las Navillas