Territorio Poniente:
La última frontera de Granada

Territorio defensivo

Atalayas y fortalezas, castillos y trincheras estratégicamente ubicadas crearon un sistema de vigilancia y protección casi inexpugnable. Cada torre, cada punto de observación, cuentan la historia de un espacio que no solo defendía un territorio, sino que daba forma a una identidad. Su ubicación estratégica y su orografía privilegiada han hecho posible que el Poniente de Granada posea una de las mayores concentraciones de estructuras defensivas del mundo. Un viaje por el tiempo que te dejará de piedra. 

Territorio de agua

El agua ha sido la arquitecta paciente de este paisaje rodeado de olivos. Ha esculpido tajos y cañones, alimenta valles fértiles y brota en nacimientos y termas que son fuente de vida y bienestar. Con más de 315 fuentes y manantiales, el agua, como un hilo invisible, ha tejido una red que da vida y sentido a cada rincón del territorio. Pantanos de aguas cristalinas, aguas termales que han cuidado a reyes y cascadas ocultas se combinan con un patrimonio natural excepcional. En Territorio Poniente, el agua no sólo fluye, construye.  

Territorio de sabores

Con más de 97.000 hectáreas de olivar que dibujan un paisaje único, aquí nace el AOVE con Denominación de Origen Protegida Poniente de Granada: un aceite que ha conquistado paladares exquisitos. Pero los sabores van mucho más allá. En las cristalinas aguas de Riofrío se cría uno de los mejores caviares del mundo, que convive en la mesa con productos de idéntica excelencia: los espárragos de Huétor Tájar, el cordero ecológico de raza ovina lojeña y los quesos artesanales de Montefrío, Alhama de Granada, Játar y Jayena. Desde los dulces andalusíes hasta la cocina de autor que ha merecido el reconocimiento de una estrella Michelin, en el Poniente de Granada  los sabores auténticos siguen siéndolo. 

Territorio de desconexión

En un mundo donde parece que todo está descubierto, fotografiado y compartido, el Poniente de Granada emerge con un valor excepcional: su autenticidad, preservada por haber permanecido al margen de los circuitos turísticos convencionales. Un lugar donde aún puedes escuchar el silencio, perderte y encontrarte a lo largo de sus más de 400 kilómetros de caminos, rutas y senderos. En Territorio Poniente el descanso es real, no virtual, y las estrellas brillan sin competir con la contaminación lumínica. Es un espacio de reconexión con el ritmo que tu cuerpo necesita. Con deporte, salud y bienestar.